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obre
las paredes de los conventos novohispanos
del siglo XVI no se encuentran sólo las famosas pinturas murales
con escenas bíblicas, filósofos de la antigüedad,
grotescas y batallas. En el llamado guardapolvo, es decir la franja
de pared que rije estos espacios coloreados, se esconden |
en
muchos claustros franciscanos y agustinos las huellas de otra expresión
artística igualmente importante por calidad y cantidad. Manos
a veces anónimas grabaron con la ayuda de alguna punta metálica
(hay también presencia de dibujos a lápiz y de círculos
trazados al compás) una increíble serie de imágenes
que incluyen iglesias, hombres a caballo, barcos, ceremonias como
la de los voladores, castillos
pirotécnicos listos para ser quemados, pero también
una vasta gama de animales fantásticos, pájaros, santos,
ángeles y diablos, monogramas y símbolos heráldicos.
Se encuentra también la presencia de glosas, fechas y hasta
de firmas. La presente exposición se construye como recorrido
visual entre algunos de los graffiti,
para introducir el público a una forma de expresión
visual que para el caso novohispano nunca había sido hasta
ahora estudiada bajo la perspectiva histórica y estética.
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